«El apicultor es aquel que sigue la primavera, toda la estación hasta el verano» - Armand Lanoux
Hoy vamos al encuentro de Roselle y Kien Vermel. Se trata de dos apicultores, pero también son dos bodegueros y ambos tienen explotaciones agrícolas, L’Abeille Enchantée y Le Coteau Vermel.
Antes de comenzar esta aventura tenían una vida completamente diferente. Roselle era asistente comercial y tras su baja por maternidad, decidió cambiar de vida. Siempre quiso ser su propia jefa y hacer algo agrícola pero no sabía el qué. Un día, viendo un reportaje sobre una apicultora apasionada, supo lo que quería hacer. Entonces se formó con un apicultor para aprender de él y tuvo la oportunidad de trabajar durante 4 meses en la USAR (Unión sindical Apícola de Roussillon) como secretaria. Así fue como descubrió el oficio de animadora apícola, conoció a muchos apicultores y de ahí que quisiera convertirlo en su oficio. Ahí fue cuando se le abrió un nuevo universo. Tras estos 4 meses, cursó una formación para ser responsable de explotación, que le permitió combinar el aspecto teórico y práctico. Entonces tenía dos ambiciones, convertirse en apicultora, pero también en bodeguera.
Miel 0 km
En 2010 se fijó en un terreno de viñas de 8 hectáreas y en 2011, ella y su marido decidieron comprarlo, al mismo tiempo que sus primeras colmenas. El tiempo de montar su proyecto y encontrar la financiación necesaria, la pareja se lanzó realmente en 2012. Tras haber empezado con algunas colmenas, hoy en día tienen unas 250 en el territorio de Pyrénées-Orientales. Roselle nos ha enseñado que «el apicultor es aquel que sigue la primavera, toda la estación hasta el verano” (Armand Lanoux). Con el objetivo de seguir las flores, desplaza sus colmenas en función del avance de la primavera, subiendo cada vez sube más arriba hasta alcanzar los 2000 metros de altitud en Fenouillèdes. En Les Corbières y en Les Albères, en los alrededores de Argelès, Banyuls o incluso Sorède, va a producir una decena de mieles diferentes. También produce una miel que llama la miel 0 km, ya que las colmenas están en Saint-Cyprien, la miel se envasa en Saint-Cyprien y se vende en Saint-Cyprien.
Información: Hoy en día ya no compra enjambres de abejas, los produce ella misma. Se trata de la cría de la abeja reina, el principio es hacer creer a la colmena que solo tiene a la reina, de esta manera, se injerta en los alvéolos de la reina (más grande que las abejas obreras) una larva de menos de 3 días, y a continuación, las abejas se encargan, las alimentan con jalea real y ellas hacen las reinas. Roselle realiza una apicultura sencilla, solo utiliza la miel que se encuentra en los almacenes de miel y no la miel de las colmenas para dejarla a las abejas. Considera que se trata de una colaboración con las abejas y por eso, estas son libres y pueden marcharse en cualquier momento. Un vino natural
En cuanto a la viña disponen de la certificación BIO, trabajan sin pesticidas químicos, sin herbicidas y utilizan productos certificados BIO para tratar las enfermedades de las viñas (cobre y azufre). Sin embargo, no tienen bodega y trabajan en prestación de servicios en otra bodega que no dispone de la certificación BIO (por eso en la botella no puede aparecer la etiqueta BIO). Su vino se conoce como «natural» porque está elaborado de forma artesanal. El potencial natural de la uva se va a ver explotado, no se añaden ni sulfitos ni levadura química. Las levaduras, que están presentes de forma natural en el mosto que trabajan, y las que están en el aire, producen un vino único y no estandarizado.
Por el momento, la pareja no organiza visita de sus explotaciones, ya que solo son dos. Sin embargo, tiene el objetivo en los próximos años de crear una asociación para compartir su pasión.
Si Roselle tuviese que darnos una palabra sobre su explotación, sería «artesanal». Ya sea para el vino o para la miel, todo se hace a mano, de manera artesanal. En el vino, desde la recogida, la poda y el embotellado. Roselle produce un vino blanco con la Malvasía de Roussillon, una antigua variedad catalana más o menos desaparecida, es un vino único, diferente al resto. En cuanto a la miel, no se mezclan entre ellas, ni se calientan, se trata de mieles crudas, el reflejo de una tierra.
No es un oficio sencillo, además es más bien imprevisible. En 2019 y 2020 sufrieron ciertas dificultades durante la recogida, pero esta temporada parece empezar bien, aunque agradecerán su ayuda. Venga para encontrar sus productos en los 4 mercados de temporada de Saint-Cyprien. Cuando las cosechas son buenas también se pueden encontrar en la tienda de la Oficina de Turismo de Saint-Cyprien, y durante todo el año están presentes en el mercado Slowfood en Elne. Para más información se puede llamar al +33 (0)6 67 35 27 01 o en su Facebook «L’Abeille Enchantée».
